En la gama Creativos, los juegos permiten a los niños ejercitar su creatividad a través del contacto con elementos como el agua, la arena o el sonido. Los juegos de agua invitan a los usuarios a disfrutar con las corrientes y remolinos que forman pequeños cursos de agua que discurren por canales, impulsan hélices, llenan recipientes... Realizados en madera y acero inoxidable, los juegos recuerdan las formas de la minería o los molinos, a la vez que los introducen en las nociones físicas de potencia, presión, velocidad... Los areneros forman un territorio especial en el que el niño, a través de la imaginación, puede jugar a transformar su entorno. Excavar la arena, levantar montañas, construir castillos, trazar circuitos para coches... La arena forma un paisaje cambiante, en dos y tres dimensiones, que el niño modula ejercitando su sentido de la plasticidad, su capacidad motriz y su creatividad. Además, un arenero es siempre un espacio a compartir, un entorno que genera sus propias propuestas de convivencia y juego libre. El ruido de un parque es el sonido de la diversión y de la socialización puestas en marcha pero los elementos musicales representan un reto diferente. El primer golpe en un tambor es una ampliación de esa fabulosa cacofonía. Pero en cuanto esos golpes se dejan guiar por el ritmo, lo que solo era estruendo se convierte de pronto en música. Cada una de las láminas de un xilófono ofrece una nota diferente con las que crear un número infinito de combinaciones. El niño descubre así que también puede “construir” música. Lenguaje a la vez complejo y sumamente sencillo, susceptible de aprendizaje intelectual y elemento innato al ser humano, la música resulta un elemento ideal para fomentar el juego en grupo y la relación entre niños de diferentes edades o capacidades.